Para comprender cómo funciona la eliminación de tatuajes, primero debes tener una idea de cómo se incrusta la tinta del tatuaje en la piel.
Con una máquina de tatuar, la tinta del tatuaje se inyecta en la dermis, la segunda capa de la piel.

La tinta del tatuaje se vuelve permanente ya que los fragmentos inyectados en la dermis son demasiado grandes para que tu cuerpo los descomponga; sin embargo, pueden reducir su tamaño con el tiempo, lo que hace que los tatuajes se desvanezcan y, a veces, adquieran una apariencia «borrosa».

El láser está diseñado para generar pulsos de luz cortos y de alta intensidad en la dermis de la piel, donde se asienta el tatuaje. Estos pulsos viajan cada Pico Segundo (eso es 0.00000000001 de un segundo) Comprender estas funciones de una máquina láser, como técnico, puede usar longitudes de onda específicas para enfocar áreas y colores específicos en la superficie de la piel.

Diferentes colores de tinta responden a diferentes longitudes de onda, absorbiendo la luz en el pigmento y descomponiéndola. Este intercambio de luz provoca una reacción térmica, calentando y quemando la tinta rápidamente en partículas más pequeñas.

Este proceso provoca un efecto de “glaseado” en la piel, que es la descomposición del carbono de la tinta y la liberación de dióxido de carbono de la dermis.
Luego, estas partículas se eliminan de su cuerpo a través del sistema inmunológico natural de su cuerpo (glóbulos blancos y ganglios linfáticos) excretándolos fuera de su cuerpo a través de sus funciones cotidianas ordinarias. (sudor, micción y excreción)